A inicios del nuevo milenio, muchas universidades estadounidenses empezaron a apostar por el Medio Oriente como lugar de destino para operar un segundo campus. En Qatar, comenzaron a operar Georgetown, Northwestern, Texas A&M, Carnegie Mellon y la facultad de Medicina de Cornell. En paralelo, en Emiratos Arabes Unidos, abrían sus puertas a los alumnos el Instituto de Tecnología de Rochester y la Universidad de Nueva York.
Sin embargo, no tardaron más de diez años para que el enfoque se desvíe del Medio Oriente hacia China y los tigres asiáticos. Es así como, en la última década, en Singapur empezó a operar Yale NUS; en Corea del Sur, la Universidad Estatal de Nueva York y George Mason; y en China, Duke Kunshan, Bryant y, una vez más, la Universidad de Nueva York.
“Este crecimiento en oferta de universidades de calidad en el continente asiático no ha sido ajeno a los peruanos que quieren seguir un pregrado en el extranjero. En los últimos años hemos visto un crecimiento exponencial en los alumnos que postulan, ingresan y finalmente deciden ir a estudiar a una de estas universidades. Este porcentaje representa hoy casi el 4% de la población de alumnos peruanos que estudian un pregrado afuera, un porcentaje que era imperceptible hace menos de diez años” asegura el fundador y director de Educa, Alonso Alegre, especialista en emprendimientos educativos, quien actualmente cursa una maestría en Education Entrepreneurship en University of Pennsylvania y otra en Administración de Negocios (MBA) en Babson College.
Esta creciente tendencia se debe a los beneficios adicionales que buscan brindar las universidades en Asia con respecto a sus pares en Estados Unidos. Por ejemplo, Duke Kunshan, ubicada una hora al noroeste de Shanghai, ofrece el 100% de sus clases dictadas por profesores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte; garantiza que los alumnos extranjeros salgan hablando mandarín, e, incluso, los motiva a estudiar un semestre en la sede de Estados Unidos y otro en alguna de las universidades con las que tiene convenios.
Por otro lado, Yale NUS, en Singapur, garantiza a sus alumnos, al momento de graduarse, un permiso de empleo de hasta tres años en dicho país, lo que les permite iniciar una línea de carrera en uno de los mercados más competitivos a nivel global.
En los siguientes gráficos se observa cómo un porcentaje (superior al 3%) de peruanos que, hasta fines de 2017, optaba por cursar estudios de pregrado en Estados Unidos, hoy apuesta por la oferta asiática, motivados entre otros aspectos, por los crecientes costos de pensiones en el mercado local, la estabilidad en los paises de destino y las facilidades para poder trabajar en ellos al momento de graduarse. La data refleja la selección final de más de 400 alumnos peruanos que optaron por estudiar un pregrado en el extranjero.
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